Beneficios
Mejora del rendimiento deportivo
Normalmente, en los entrenamientos deportivos se evita trabajar la fuerza. Pero la verdad es que la fuerza está directamente relacionada con la resistencia y la velocidad, y puede mejorar el rendimiento si el entrenamiento se ajusta a las necesidades de cada deporte.
Antes se pensaba que los atletas olímpicos que hacían entrenamiento de fuerza junto con resistencia o velocidad rendían peor. Hoy en día, el atleta que no entrena fuerza tiene un rendimiento inferior comparado con sus compañeros que sí lo hacen.
La fuerza es parte de nuestra vida diaria, desde levantar una caja hasta correr en el parque. Si eres capaz de aplicar más fuerza durante un tiempo determinado y mantenerla, serás mejor que alguien que no puede. Por ejemplo, en una carrera de 100 metros, ganará quien pueda aplicar y mantener más fuerza. Para lograr esto, es necesario un entrenamiento de fuerza adecuado.

Prevención de la diabetes
El entrenamiento de fuerza produce beneficios importantes para el metabolismo de la glucosa y mejora la tolerancia a esta. Esto significa que el entrenamiento de fuerza puede ayudar a prevenir la diabetes. Además, tener una mayor masa muscular está relacionado con una mejor sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. La masa muscular actúa como un depósito para el almacenamiento de glucosa, lo que reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. En resumen, mantener y aumentar la masa muscular a través del entrenamiento de fuerza no solo mejora el rendimiento físico, sino que también es crucial para la prevención y el manejo de la diabetes.
Mejora de la densidad ósea
El entrenamiento de fuerza mejora la densidad de los huesos, lo que es muy importante, especialmente para las mujeres. Cuando las mujeres llegan a la menopausia, sus huesos se vuelven más débiles y pueden perder hasta un 1% de densidad ósea cada año. En 10 años, esto podría significar una pérdida del 10%, aumentando el riesgo de fracturas y empeorando la calidad de vida.
También, los niños con baja densidad ósea son más propensos a lesionarse, especialmente en clases de educación física y deportes de contacto. El entrenamiento de fuerza puede ayudar a mejorar la densidad ósea tanto en niños como en niñas.
Las investigaciones muestran que los jóvenes que siguen un programa de fuerza adecuado tienen huesos más fuertes que aquellos que no lo hacen. En resumen, los ejercicios de fuerza son el mejor estímulo para el crecimiento y desarrollo de los huesos.
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Reduce la obesidad sarcopénica
La obesidad no solo se trata de tener demasiado tejido graso, sino que también está asociada con la pérdida de masa muscular, conocida como sarcopenia. Esta pérdida muscular se debe a una menor producción de proteínas en comparación con su descomposición, una reducción del metabolismo basal, pérdida de la función mitocondrial y una alta resistencia a la insulina.
Por eso, mejorar la masa muscular es fundamental para manejar la obesidad. El entrenamiento de fuerza debe ser parte de cualquier programa de pérdida de grasa. Este tipo de entrenamiento genera hormonas llamadas miocinas, que tienen varios beneficios: reducen el tamaño de las células grasas, mejoran la calidad de los huesos, disminuyen el apetito y mejoran la respuesta metabólica, mitocondrial y proteica en los músculos.
En resumen, entender cómo la obesidad afecta la salud muscular y la importancia del entrenamiento de fuerza es crucial en la lucha contra la obesidad.

Mejora de la sarcopenia y dinapenia
A medida que envejecemos, perdemos masa muscular (sarcopenia) y fuerza (dinapenia) de forma gradual. Esto se debe a cambios en nuestro cuerpo y estilo de vida, como la dieta y la actividad física.
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Sarcopenia: Pérdida de masa muscular.
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Dinapenia: Pérdida de fuerza y funcionalidad.
A partir de los 50 años, la masa muscular empieza a disminuir significativamente, y esto afecta alrededor del 25% de las personas mayores de 75-80 años. Además, la fuerza muscular también se reduce cada año a partir de esa edad.
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Estas condiciones pueden causar problemas metabólicos y funcionales, dificultando actividades diarias, aumentando el riesgo de caídas y lesiones, y en general, deteriorando la salud.
Tener una masa muscular saludable es el tratamiento más efectivo para combatir la sarcopenia y la dinapenia, por lo que mantener una buena masa muscular es crucial para la salud, ya que los músculos tienen muchas funciones importantes como regular la temperatura, mantener la postura, y proteger contra enfermedades crónicas.
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